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viernes, 9 de abril de 2010

Grupo C, tercera entrega

Inglaterra

La soberbia inglesa despreció los mundiales durante muchísimo, hasta que se sintieron tocados y compraron el mundial 66, con árbitros incluidos. Después, todo volvió a ser frustración, desde el ligerísimo amague del 90 y la miserable alegría frente a Argentina en 2002. Ahora parecieran vivir un proceso de crispación como el que los argentinos comenzamos a vivir post Corea-Japón. Es que Inglaterra goza de una generación de jugadores talentosos, marketineados y glamorosos, que fue recibida inicialmente con esperanzas desmesuradas y que ahora genera desconfianza. Para ellos –así como pasaba en Corea Japón con los muchachos argentinos de la generación noventosa representada por Mascardi– Sudáfrica es la última oportunidad de hacer historia.

Pocas veces Inglaterra tuvo un equipo tan completo, con el agregado de contar con el jugador más temible de la Copa del Mundo. Si fuera más bonito o carismático, Rooney sería reconocido como el delantero número 1 del planeta. Poco se puede agregar sobre él: es Tévez con más velocidad y cabezazo, lo que lo pone demasiado cerca de la perfección. Si se hubiera lesionado, Inglaterra bien podía sacar los boletos de regreso con anticipación. Desgraciadamente para los rivales, zafó. Cualquiera va a perder al menos dos jugadores para anularlo, y no es extraño que aún así convierta goles, porque esta temporada está imparable.

Hay jugadores de fútbol bien tradicionales, de virilidad setentosa. Rooney encabeza una plantilla plagada de estrellas, especialmente en la ofensiva. Lampard es un volante con muchísima llegada, aunque pocas veces se lo ve recuperar una pelota o hacer sombra en el medio. Por la banda izquierda, Steven Gerrard es una suerte de Roberto Carlos sin simpatía: ataca como un wing y le pega con un fierro. Como a su colega de la derecha, también le falta marca. Ambos presentan el mismo perfil que el estibador que juega de 9 en el Manchester: carencia de glamour.

Desgraciadamente, nos quedamos sin ver la despedida de Beckham. La artrosis y la ciática ya lo tenían un poco impedido cuando encima se rompió el tobillo jugando para el Milan. Se rumorea que más de 2000 paparazzis tuvieron que modificar su agenda por la baja del pionero del fútbol marketing. Una pena, no cabe duda de que David es por lejos, el mejor chongo del fútbol, aunque algunos quieran imitarlo, de alguna u otra forma. Nos podemos conformar con Peter Crouch, una suerte de colorado Sava del primer mundo, cuyo mérito futbolístico es ser alto.

Pero el puterío está garantizado, esta vez, gracias a John Terry, otrora capitán del equipo. El hombre, en un gesto de nobleza, tuvo a bien renunciar a la capitanía luego de su promocionado affaire con la mujer de Wayne Bridge, compañero de John en la selección y en el Chelsea al momento del amorío. Cuestión que Bridge, que antes del affaire era amigo de Terry primero, fue transferido al Manchester City. Poco después, renunció a la selección inglesa. El ex capitán, mientras, viajó a Dubai para reconciliarse con su esposa (no sabemos qué carajo hacía allá, pero por ahí se estaba cepillando a otro jugador). Ella lo perdonó, por suerte por los chicos más que nada. Pero igual que sucediera con otros defensores, Wayne y John nunca volvieron a hablarse. Eso sí, al menos Bridge se pudo dar el gusto de hacerle “oso” al poderoso back central http://www.youtube.com/watch?v=mFReF6lnDXA .

Pero el rey de las plumas (y los billetes) en este caso es otro: el grandísimo Fabio Capello, de profesión director técnico. El tano sacó campeones al Real Madrid y al Milan y dirigió a más de una decena de clubes, con interesantísimos contratos siempre. Ahora se ha encargado de renovar la táctica de la selección inglesa: ha logrado que se abandonen los tradicionales pelotazos y centros a la carrera por un mayor control de balón, circulación y pases al vacío. Hasta ahora le va bien. Y para estar en sintonía con el Spice Boy, su look cotiza. Acaba de firmar un contrato con un sponsor de ¡marcos de anteojos! Te aplaudimos de pie, Fabio, aunque preferíamos los gorritos de Lo-jack del Diego y del Cani.

Pronóstico: Pasan la primera ronda caminando. Después, las lesiones y su endeblez defensiva lo condenan en semifinales, y quedarán relegados al cuarto puesto.
Atención: El arquero es muñeco bárbaro.

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