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viernes, 2 de abril de 2010

Grupo C, primera entrega

Eslovenia

Para empezar, el problema es distinguir a Eslovenia de Eslovaquia, seamos honestos. Para lucirte este mundial tenés que saber que Eslovenia se independizó de Yugoslavia en 1991; a diferencia de Eslovaquia, que fue parte de la antigua Checoslovaquia –ahora República Checa– hasta su independencia en 1993. Es una diferencia importantísima en materia futbolística, porque, los balcánicos tiran a talentosos chantas, en cambio los hombres de los Cárpatos son más disciplinados.

El informe podría terminar acá, porque, la verdad, este país no ha aportado nada a la historia de los mundiales, aunque algunos memoriosos podrían recordar que los eslovenos fueron testigos de un día de iluminación en la vida del entrañable Pipino Cuevas, en ocasión del Mundial de Corea y Japón, único antecedente de Eslovenia en los mundiales.

Contrariamente a todos los pronósticos, este equipo hizo pata ancha en las eliminatorias y se clasificó en un grupo donde los candidatos eran República Checa –cuya amargura quedó plenamente confirmada una vez más– y los siempre grises polacos, que todavía deben extrañar a Boniek, Lato y compañía. Para agregar más confusión, dejamos constancia que Eslovenia clasificó segundo de Eslovaquia: ¿será un clásico? Esto les permitió ir al repechaje con Rusia, donde con ayudita del árbitro limpiaron a Rusia, que nunca le cayó bien a la FIFA.

Si algún merito tiene Eslovenia –además de haber visto nacer a Slavoj Zizek, un filósofo un poco berreta pero con levante, que anduvo viviendo por La Plata y cuyo nombre es homenajeado por un boliche– es la solidez defensiva. La retaguardia de los eslovenos tiene fama de inexpugnable. O al menos eso es lo que suelen destacar todos los medios a falta de alguna otra cosa que elogiar. No hay figuras de ningún tipo, y sospechamos que el Pro Evolution Soccer o el FIFA deben tener dificultades a la hora de diseñar los muñecos que representan a sus jugadores, porque, la verdad, no los conoce nadie.

Podríamos señalar otras generalidades típicas de un equipo desconocido, como que le ponen fuerza, voluntad, que son rápidos o que están convencidos de poder hacer el mejor mundial de su corta historia.

Tenga en cuenta, eso sí, que estos muchachos suelen venir a jugar sin presiones (al estilo de la vieja Serbia y Montenegro o la inolvidable Croacia del 98), lo que lleva generalmente a dos actitudes: si las primeras jugadas salen bien, se agrandan y rinden por encima de su nivel. Si salen mal, regalan todos los partidos en fila, con una indolencia que exaspera. A pesar de toda esta sanata, propia de los periodistas deportivos cuando no tenemos la más puta idea de un equipo, en una investigación sin precedentes, logramos identificar algunos jugadores para observar.

El delantero que la rompe es Milivoje Novakovic, que va a complicar con diagonales, piques al vacío y tal vez un gol. Si quiere hacerse el canchero, como si lo conociera de toda la vida, hable de él con sus amigos como si se tratara de Canales, el que juega en River. Es casi lo mismo, aunque el esloveno tiene más pinta de ingeniero químico que de futbolista.

La chispa la trae, sin lugar a dudas, el mágico Robert Koren. Este muchachito está en su mejor momento y cuando se inspira nos regala chiches interesantes: buen dominio del balón, excelente distribución, una gran lectura del juego. Lástima que tiene un estado físico como el de Gallardo 2010.

Pronóstico: El arma secreta de este equipo es, precisamente, su anonimato. Es candidato a dar la sorpresa, porque le tocó un grupo caracterizado equipos con temperaturas bajo cero como Estados Unidos o Argelia.
Después, en el mano a mano, podrían complicar, con el descarado abroquelamiento defensivo que propone su DT, Matzaj Kek. Sin embargo, el candidato al 2do puesto de este grupo es USA, si no se cagan como siempre, claro.

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