Nigeria
De un tiempo a esta parte, este equipo se ha convertido en un verdadero clásico de las citas mundialistas. Haber tocado bien la pelota contra algunos equipos europeos convirtió a las águilas negras en depositarias de las fantasías de líricos y trasnochados que entienden que, evocando al mito del buen salvaje, en África se juega un fútbol lúdico y no corrompido por el afán de resultados. Error: no es que, ingenuos ellos, salieran a la cancha a divertirse; lo que hicieron históricamente estos muchachos es jugar para mostrarse y pegar una buena transferencia. Como ahora ya están todos ubicados, van solamente para cobrar unos viáticos que mandan a su familia, a la que dejaron en su terruño de origen, a merced de las siniestras misiones de ayuda humanitaria que prueban medicamentos en sus cuerpos.
Curiosamente, Nigeria ha desarrollado en los últimos años una mentalidad mucho menos ingenua y displicente: ahora te cagan a patadas como siempre, pero a eso le han agregado una disciplina táctica propia de un equipo europeo de segunda línea. No por nada, luego de dar lástima en la última Copa África, la Federación Nigeriana de Fútbol contrató al viejo zorro Lars Lagerback, un sueco que los argentinos deberían recordar. Ese señor fue el mago, el genio, el artífice de la táctica que dejó perplejo a Marcelo en 2002: marcar a los creativos y tirar pelotazos a la zona de Sorín. No es cuestión de remover viejas heridas, igual. Además, Marcelo debe haber aprendido ya que quizás convenga pensar en dos o tres variantes por si el plan A no funciona. Y que así como él tiene todos los videos, los demás también, salvo algunos DT a la vieja usanza .
Este es el peor equipo de Nigeria en años. Tanto que Kanu tiene su lugar asegurado, con 32 pirulos y un corazón de plástico. Está para entrar y tener la pelota, lógicamente, no sea cosa que se le complique. De todas maneras, su ingreso no deja de ser hipotético: para eso habría que ir ganando un partido, o ir sacando un empate digno y necesario, algo que parece bastante improbable en un equipo signado por una amargura asombrosa.
Nigeria, hoy, es menos peligroso que River: con suerte está para evitar cachetazos vergonzosos. Vea: el 9 titular es el Oba Oba Martins, un ladri como el argentino de mismo apodo . El simpático delantero es aquel que nos deleitara con piruetas en el Inter., y que –un clásico en los futbolistas africanos– prometió mucho y cumplió poco. El resto es una banda de impresentables. Tanto que por poco no convocan a compatriotas que venden a cadenitas en Sudamérica.
Yobo, el líder de la defensa, es un rústico central que bien podría jugar en Boca sin desentonar. Los hilos del mediocampo son manejados por un tal Mikel, que alterna en ese Deportivo Lavado de Divisas que es el Chelsea del magnate ruso Roman Abramovich. No es mal jugador, sería como un Ervitti musculoso.
Arriba, todo depende de un jugador tan talentoso como Castromán después de las pastas del domingo. Es Ikechukwu Uche, al que los españoles del Getafe apodaron “el ketchup”, en una prueba más de la creatividad ibérica. Así que si ud es hincha de Racing y le suena algo extraño escuchar “ahí va Uche” no se ilusione: es sólo homofonía. El último jugador de Racing en ir a un mundial debe haber sido Vann Tuyne en el 82, y no jugó ni un minuto.
Pronóstico: a casa, en silencio y sin barullo. A nadie –incluidos sus jugadores y cuerpo técnico- le importa. Quizás quede para estos muchachos el reproche íntimo de no haber sido más vivos y nacionalizarse para jugar en algún país europeo de segunda línea, seguir robándola en paz y aprovechar para dejarles la ciudadanía a sus hijos.
De un tiempo a esta parte, este equipo se ha convertido en un verdadero clásico de las citas mundialistas. Haber tocado bien la pelota contra algunos equipos europeos convirtió a las águilas negras en depositarias de las fantasías de líricos y trasnochados que entienden que, evocando al mito del buen salvaje, en África se juega un fútbol lúdico y no corrompido por el afán de resultados. Error: no es que, ingenuos ellos, salieran a la cancha a divertirse; lo que hicieron históricamente estos muchachos es jugar para mostrarse y pegar una buena transferencia. Como ahora ya están todos ubicados, van solamente para cobrar unos viáticos que mandan a su familia, a la que dejaron en su terruño de origen, a merced de las siniestras misiones de ayuda humanitaria que prueban medicamentos en sus cuerpos.Curiosamente, Nigeria ha desarrollado en los últimos años una mentalidad mucho menos ingenua y displicente: ahora te cagan a patadas como siempre, pero a eso le han agregado una disciplina táctica propia de un equipo europeo de segunda línea. No por nada, luego de dar lástima en la última Copa África, la Federación Nigeriana de Fútbol contrató al viejo zorro Lars Lagerback, un sueco que los argentinos deberían recordar. Ese señor fue el mago, el genio, el artífice de la táctica que dejó perplejo a Marcelo en 2002: marcar a los creativos y tirar pelotazos a la zona de Sorín. No es cuestión de remover viejas heridas, igual. Además, Marcelo debe haber aprendido ya que quizás convenga pensar en dos o tres variantes por si el plan A no funciona. Y que así como él tiene todos los videos, los demás también, salvo algunos DT a la vieja usanza .
Este es el peor equipo de Nigeria en años. Tanto que Kanu tiene su lugar asegurado, con 32 pirulos y un corazón de plástico. Está para entrar y tener la pelota, lógicamente, no sea cosa que se le complique. De todas maneras, su ingreso no deja de ser hipotético: para eso habría que ir ganando un partido, o ir sacando un empate digno y necesario, algo que parece bastante improbable en un equipo signado por una amargura asombrosa.
Nigeria, hoy, es menos peligroso que River: con suerte está para evitar cachetazos vergonzosos. Vea: el 9 titular es el Oba Oba Martins, un ladri como el argentino de mismo apodo . El simpático delantero es aquel que nos deleitara con piruetas en el Inter., y que –un clásico en los futbolistas africanos– prometió mucho y cumplió poco. El resto es una banda de impresentables. Tanto que por poco no convocan a compatriotas que venden a cadenitas en Sudamérica.
Yobo, el líder de la defensa, es un rústico central que bien podría jugar en Boca sin desentonar. Los hilos del mediocampo son manejados por un tal Mikel, que alterna en ese Deportivo Lavado de Divisas que es el Chelsea del magnate ruso Roman Abramovich. No es mal jugador, sería como un Ervitti musculoso.
Arriba, todo depende de un jugador tan talentoso como Castromán después de las pastas del domingo. Es Ikechukwu Uche, al que los españoles del Getafe apodaron “el ketchup”, en una prueba más de la creatividad ibérica. Así que si ud es hincha de Racing y le suena algo extraño escuchar “ahí va Uche” no se ilusione: es sólo homofonía. El último jugador de Racing en ir a un mundial debe haber sido Vann Tuyne en el 82, y no jugó ni un minuto.Pronóstico: a casa, en silencio y sin barullo. A nadie –incluidos sus jugadores y cuerpo técnico- le importa. Quizás quede para estos muchachos el reproche íntimo de no haber sido más vivos y nacionalizarse para jugar en algún país europeo de segunda línea, seguir robándola en paz y aprovechar para dejarles la ciudadanía a sus hijos.
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