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sábado, 29 de mayo de 2010

Grupo F, primera entrega

Eslovaquia

Como señalamos anteriormente, es fundamental diferenciar a Eslovaquia de Eslovenia. Sabiendo esto, pasemos a lo que les importa a millones de fans: ¿A qué carajo van al mundial?

Más allá de los méritos futbolísticos, este equipo está en Sudáfrica porque ese es el karma de un par de sus miembros. La duda es si lograrán atravesarlo o si éste insistirá en aparecer en las próximas citas mundialistas.

Es necesario explicarlo: resulta que la familia Weiss es prácticamente dueña del fútbol en estas tierras que fueran parte de la desaparecida Checoslovaquia. El primero de todos fue Vladimir Weiss, quien llegara a jugar la final del mundo en 1962. Este señor, difunto como su país de origen, tuvo un hijo al que llamó Vladimir Weiss, en una muestra de narcisismo flagrante. Curiosamente, y en un caso que llamaría seguramente la atención de Freud, Vladimir Weiss II también se dedicó al fútbol, y jugó en el combinado checoslovaco durante varios años, lo que le permitió participar activamente en Italia 90. No hace falta ser muy imaginativo para suponer lo que sucedería después. Vladimir Weiss II conoció una chica de buena familia, gauchita y de su casa, y formó un hogar con ella. Y finalmente llegó el varoncito, quien fue bautizado como… Vladimir Weiss. Está claro que el destino del pequeño Vladimir Weiss III estaba escrito. Su carrera futbolítica comenzó a desarrollarse a la par que su padre jugaba sus últimos cartuchos en el profesionalismo y empezaba a jugar los primeros en la dirección técnica. La carrera de ambos fue existosa: Vladimir Weiss II se hizo finalmente cargo del seleccionado de Eslovaquia. No sorprendió entonces que convocara, entre otros muertos, a Vladimir Weiss III. No hace falta ser profeta para aventurar que en el Mundial 2022 el técnico será éste último, y no nos extrañaría que en ese plantel apareciera un Vladimir Weiss IV. Pero también podría ocurrir que Vladimir Weiss tire la chancleta en medio de un partido, se retire, diga que su vocación es patinar sobre hielo, se asuma gay y rompa relaciones con su padre. Nos gusta más esta segunda opción.

El resto es anecdótico. Eslovaquia es un equipo duro, que juega 4-4-2, y que tiene como figura a un jugadorazo, Marek Hamsik, que la rompe en el Nápoli. Es un jugador muy interesante. Si el enano Morales de Vélez tuviera físico y espíritu de deportista, podría jugar como él. Ese es todo el talento que hay. Después está Skertl, un buen defensor del Liverpool.

Pronóstico: ojo con estos muchachos. Impresiona el sentido colectivo que tienen, y van a pelear el segundo puesto con Paraguay. El día del sorteo, no parecían con chances. Pero la pérdida de Salvador Cabañas les abre una posibilidad.

1 comentarios:

SC dijo...

y yo que creía que nadie podía superar la saga de los Grondona... están para que Walter Safarian les dedique uno de sus plúmbeos expedientes fox

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